UNA TELEVISIÓN PÚBLICA DE Y PARA TODOS
- Beatriz Villas
- 24 abr 2016
- 2 Min. de lectura

El pasado 12 de abril, nos reunimos todos los estudiantes de Comunicación Audiovisual en la Universidad Carlos III de Madrid. Hicimos presencia del Gran Debate, un debate que llevaron a cabo nuestros propios compañeros. Toda opinión giraba entorno a una pregunta principal: ¿es sostenible y necesaria la radio-televisión pública en España? Sandra, la moderadora, se sirvió de la Ley general de Comunicación Audiovisual, aprobada en 2010, para conseguir un gran comienzo y dar paso a las presentaciones de cada uno de los interventores.
Desde un punto de vista positivo, nos encontramos a Ariadna Reina, respaldada por Manuel Aguilar, Guillermo López con Miguel Ángel Casado como testigo y Carlos Gibello que se apoyó en Maite Iturbe. Los tres defendían la televisión pública como una televisión sostenible y de todos. Pero estaban de acuerdo en que la televisión pública necesitaba un nuevo modelo que debía basarse en un gran pacto social entre las instituciones y los ciudadanos. Para garantizar la rentabilidad social, hay que exigir independencia, estabilidad económica y transparencia siempre con criterios de responsabilidad y participación. Consiguientemente, propusieron un modelo inspirado en los principios de calidad, rigor, pluralidad y proximidad, siendo así un servicio público multimedia, que se adapte a todos los formatos y plataformas.
Asimismo, plantearon una estructuración que permitiese a este servicio público desarrollarse a escala estatal, económica y local. Entre otras ideas, destacaron la de un modelo financiero que acabase con la crisis económica que sufre desde hace muchos años. Para ello, debería contar con una financiación del Estado de todo su coste neto.
Por otro lado, con un punto de vista negativo, estaban Javier Hervás con el apoyo de Miguel Ángel Rodríguez, Jorge Riveira amparado por Isabel Ayuso y por último, Miguel Vega que contó con Luis Enríquez Nistal. Su postura se resumía principalmente en que el papel que debería llevar a cabo la televisión pública, es el papel que está ejerciendo la privada, y eso nos conduce a que esta última, haya perdido tanta audiencia en estos últimos años. El exceso de canales públicos supone un abuso de programación y por tanto, el presupuesto y con ello, el público, son inferiores. Además, remarcaron sobre el control político de las mismas, la abundancia de programas extranjeros, fundamentándose en que era una televisión de manipulación, y no de fomentación de la cultura.
De igual manera, defendieron que la televisión pública dividida en autonomías no es sostenible ni necesaria. Plantearon para ello una retiración de la misma hasta que hubiese un órgano regulador independiente, como respuesta, a que el control partidista hace que las televisiones autonómicas supongan la ruptura de España. Asentaron su posición en que una mejora de la televisión nacional supondría una unión de ideales y de educación, a parte, de romper con la aversión generada. Además, el dinero de financiación iría destinado al mejoramiento y objetivación de esta televisión y también, de los sistemas educativos y sanitarios de las distintas comunidades.
Cerrando con el tema, ambas posturas llevaron un gran posicionamiento. Por lo que a mi respecta, considero que si que es necesario una radio-televisón pública, siempre y cuando sea de calidad, responsable e independiente. En mi juicio, es un mimbre esencial de la democracia.
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