LO PEOR DE TODO...DECEPCIONÉ A NUESTRO SISTEMA DE GOBIERNO…DECEPCIONE A MIS AMIGOS… DECEPCIONÉ… A LA
- Película: el desafío, Frost contra Nixon.
- 16 mar 2016
- 2 Min. de lectura

David Frost (Michael Sheen), presentador británico especializado en programas de humor, se lanza al mayor reto de toda su carrera profesional, una entrevista con el presidente Richard Nixon (Frank Langella), primer presidente en dimitir de su cargo en toda la historia. Pero más que una entrevista, hablamos de un desafío. No sólo conseguiría reunirse con él, si no que su objetivo consistía en llegar a conseguir su confesión y perdón a la nación estadounidense por todas las infamias cometidas durante su cargo.
“Seré su adversario más encarnizado. Le atacaré con todo lo que tenga a mano. El foco sólo puede alumbrar a uno de los dos. El perdedor acabará en la jungla, sin nada, sin nadie que le haga compañía excepto las voces en su cabeza” Richard Nixon.
El proceso llevado a cabo fue duro y largo. Nadie creía en David Frost, nadie visualizaba que el tuviese las habilidades para llevarla a cabo por que jamás se había enfrentado a una entrevista informativa, y mucho menos de tan alto calibre. Durante todo el desarrollo de la trama, se puede palpar la tensión, todo gira entorno a ese duelo, a ese, ¿lo conseguirá, o no?. Para conseguir esa incertidumbre, todo se desenvuelve alrededor de la preparación de cuatro entrevistas, una por día, cuatro temas de los que hablar y con una duración individual de dos horas.
El curso de los preparativos del programa es indispensable para encontrar la verdadera esencia de esta película con tantas cuestiones del periodismo, algo que vemos en los pagos fraccionarios, en el período de grabación, o en el jefe se seguridad de Nixon que plantea una serie de condiciones obligatorias. Al principio todo parece sencillo, e incluso fácil de abordar, se hacen reuniones para saber que partes de la historia de Nixon tratar y cómo hacerlo, sólo una podría abordar el caso Watergate. Pero según procesan los planes pensados, observamos que incluso puede que no sea tan evidente que llegue a existir esa notica. No se consiguen inversiones ni patrocinios, lo que implica que el propio David Frost va a tener que afrontar el presupuesto él mismo, tampoco se consiguen pre-ventas en las televisiones estadounidenses, por lo que tienen que elaborar su propio programa para poder emitir la entrevista, y los ensayos e investigaciones de los tres colaboradores que tiene no resultan tan fáciles de conseguir. Por ello, Frost se ve obligado a implicarse de una manera más personal, y desde un plano más político.
Llegado el momento, no nos encontramos frente a una entrevista usual, si no con un enfrentamiento personal delante de las cámaras, en el que ambas partes saben que sólo puede existir un vencedor. La película nos enseña no sólo como el periodismo y la política son dos mundos más cercanos de lo que creíamos, si no, como ello provoca que ambos protagonistas teman por como su adversario vaya a utilizar su propio terreno profesional.
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